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EN CASA DE TAMAR - (y) CAPÍTULO 3: EL BAÑO Y LA COCINA

Dice el refrán que no hay dos sin tres, y eso pasa con nuestro repaso, "capítulo a capítulo", a la casa de Tamar, clienta y amiga de la tienda, a la que a estas alturas casi casi conóceis :) Empezamos por el salón, seguimos por las habitaciones y hoy, terminamos con el baño y la cocina.




Ambos, baño y cocina, son los dos elementos que en una primera casa - y más si como es el caso, la vivienda es de nueva construcción - suelen ser los menos ajustados a nuestros gustos ya que, la mayoría de las veces, no suele quedarnos otra que "apañarnos" con lo que el arquitecto o la constructora decidió por nosotros en paredes y sanitarios, lo que nos limita el presupuesto para mobiliario y decoración.

Esto es precisamente lo que le ocurrió a Tamar, y ella lo resolvió poniendo el acento en los detalles. ¿La consecuencia?,  dos espacios en los que las limitaciones se convierten en ventaja potenciando el resultado final.




Un buen ejemplo es el baño. Viendo el resto de su casa, tan clara y luminosa, imaginaréis que no fue Tamar quien escogió los azulejos rojos de las paredes (en la imagen parecen naranjas, pero es por culpa del flash), cuando llegó ellos ya estaban allí... Pero, haciendo de la dificultad virtud, ella se adapta al color y crea un juego de complementos con tres colores: rojo, blanco y azul.

Para ello, escogió un mueble en color blanco y un espejo en color azul, en los que el rojo es un detalle - puertas del armario y vivos del espejo -; lo completó con una cortina de ducha en blanco con rayas en ambos colores, rojo y azul; y para añadirle el toque romántico del resto de la casa, junto a la jabonera roja, añadió sobre el lavabo una vela roja y mini jabones decorativos que combinan rojo y blanco.




Como veis en la imagen, la cocina es estrecha, por lo que la distribución se configuró en paralelo. La zona de cocina se situó a la derecha de la puerta con la placa, el horno y el pozo; y frente a ella, a la izquierda, una zona de almacenaje, el combi - en la foto no se ve, pero ahí está -, y una zona abierta cerca de la puerta del balcón donde ha situado un taburete, para los amigos que hacen compañía mientras Tamar cocina ;)

Respecto a los colores, siguiendo la línea neutra que le marcaban los azulejos, y la del resto de la casa - baño aparte - Tamar eligió muebles de cocina en color blanco y electrodomésticos cromados - igual que el menaje -, dejando el suave toque de color a los complementos. Cuadros, colgadores y paños de cocina en tonos pastel, especialmente en color rosa, con alguna concesión al verde mint. En lo que a visillos se refiere, la ventana se vistió con una cortina fruncida sujeta con barritas arriba y abajo, y para la caja de la persiana se ha optado por hacer un plisado con el mismo tejido con fondo blanco y líneas en plata, que mantiene la neutralidad y suavidad del ambiente.

En resumen y a pesar de las limitaciones "de serie" de ambas estancias, Tamar ha conseguido que su baño y su cocina transmitan, igual que lo hacían el salón y las habitaciones, su gusto por la sencillez y los pequeños-grandes detalles.


@ Todas las fotos del post son cortesía de Tamar, la propietaria del apartamento.
¡¡Gracias!!
**Para ver bien los detalles pinchad sobre ellas**


Y... centrándonos una vez más en ellos, en los detalles, como os decía en los dos post anteriores, Tamar tuvo el detallazo de compartir con nosotros las fotos de su estupenda casa, y quiero darle las gracias, una vez más, por haberme dejado aquí en el blog. Pero, además, quiero daros las gracias a tod@s vosotr@s por comentar cuánto os ha gustado cada uno de sus rincones, y no lo hago sólo en mi nombre, también en el de la propia Tamar, que el sábado pasó por la tienda y me contó cuánta ilusión le hace leerlos.


EN NOMBRE DE AMBAS, ¡GRACIAS A TODOS!
¡¡Feliz tarde de miércoles!!

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EN CASA DE TAMAR - CAPÍTULO 2: LAS HABITACIONES

Hace ya más de un mes - ¡se me ha pasado marzo volando! - os contaba el "primer capítulo" sobre la casa de Tamar, una clienta y amiga de la tienda que, como os decía entonces, tuvo el detallazo de compartir con nosotros las fotos de su estupenda casa. Os comentaba también que la casa tiene tantos detalles, que la iba a dividir en partes para dedicarles un post-ratito a cada una. Así que, como lo prometido es deuda, aquí estamos con el segundo capítulo: las habitaciones



En ellas, Tamar ha mantenido la línea del salón, apostando de nuevo por una decoración minimal con colores y elementos muy escogidos. Eso sí, a diferencia del salón, en las habitaciones ha optado por tonos que, más que contrastar con el blanco - como ocurría con el turquesa del salón - lo complementan sin restarle nada de luminosidad

Es el caso de la habitación pequeña, que ella utiliza como habitación de invitados. En ella, igual que en el salón y la entrada, continúa con el tono claro en paredes y techos y, por supuesto, en el suelo que, como quizá recordéis, es de madera pero también en color blanco. Igual que ocurría en el salón, el mobiliario principal, en este caso la cama y la mesita, también son blancos, sin embargo, esta vez el buscado contraste no llega a través de la pintura o el papel de las paredes como ocurría en el salón, sino de los complementos. 



La ropa de cama y los cojines con estrellas en tono café con leche, inician la transición cromática hacia el tono de ruptura definitivo: la madera oscura del baúl antiguo colocado en la pared de enfrente. Un elemento que, además de aumentar el espacio de almacenamiento en la casa y servir como banco para las maletas de las visitas, consigue proporcionar a la estancia un punto de personalidad inequívoco. 

Para vestir la ventana - otro ventanal altísimo que adoro -, apostamos de nuevo por una barra de madera con argollas en blanco, y confeccionamos el visillo a tablas. El discreto estampado en color con motivos de estrellas, lunas y topitos, en el mismo tono café con leche que la ropa de cama, supone el detalle final de una estancia donde, hasta la cestita de mimbre que hay en la mesita sigue la línea tranquila y relajada del resto de la habitación.

Una línea relajada que aumenta aún más si cabe en la habitación principal. Acorde con la decoración del resto de la casa, la luminosidad del blanco se ve aquí incrementada con los detalles en gris y metalizado




Un cabecero tapizado en capitoné con una polipiel en tono gris preside la cama y marca la pauta de color en esta estancia, que se completa con el blanco de la sencilla colcha boutí de algodón elegida, y los cojines - muchos cojines - que combinan ambos tonos, blanco y gris. El resto del mobiliario - mesita, armario y chifonier - está lacado en blanco, siguiendo la pauta del resto de la casa. Esa uniformidad se rompe aquí y allí con bonitos detalles personales en gris y metalizado en plata que, además, le dan a la habitación un aire inconfundiblemente femenino

Como femenino es también el busto decorado con una faldita de tul gris ubicado junto a la ventana, un detalle que, no sólo aprovecha y hace especial ese rincón, sino que además se puede utilizar como galán de noche y hasta como colgador para los collares. De hecho, si os fijáis bien en la foto, veréis que ya lleva una pequeña cadenita :) Y es que los joyeros y contenedores para guardar complementos son imprescindibles para Tamar, sólo hay que mirar arriba de su chifonier. Siempre en tonos gris, blanco y plata, encontramos un joyero, una cajita, una maceta reconvertida en contenedor y, la pieza central, el corazón de tapicería para colgar pendientes, que centra este rincón.

La iluminación es otro punto importante de la habitación. Las lamparitas de mesilla - colocadas sobre mesilla y sinfonier, ya que a uno de los lados de la cama Tamar optó por colocar a modo de tal una serie de sombrereras superpuestas - siguen la línea cromática y delicada del resto de la habitación. Pero es el aplique de la pared, customizado por la propia Tamar con una cinta y una puntilla en gris, el elemento de iluminación que más destaca por su singularidad y romanticismo

Como en el resto, mi aportación en esta habitación fueron los visillos que, una vez más, confeccionamos a tablas y colgamos de una barra de madera con argollas en blanco. A diferencia de la habitación de invitados, aquí nos decidimos por un tejido más transparente, con un dibujo geométrico y una gran caída que, unidos al chorro de luz que entra por ese ventanal, los hace quedar perfectos. 

En resumen las habitaciones de esta casa transmiten, igual que lo hacía su salón, el carácter de su propietaria, Tamar, alguien a quien le gustan las cosas sencillas y poco recargadas, pero que no por eso deja de tener en cuenta los pequeños detalles. 

@ Todas las fotos del post son cortesía de Tamar, la propietaria del apartamento.
¡¡Gracias!!
**Para ver bien los detalles pinchad sobre ellas**

Y así cerramos el capítulo 2 de "En casa de Tamar", pero la historia aún no ha acabado ;) 
¡No os perdáis el último episodio!

¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!

EN CASA DE TAMAR - CAPÍTULO 1: EL SALÓN

Éste que veis es el salón de Tamar, una clienta y amiga de la tienda que ha tenido el detallazo de compartir con nosotros las fotos de su estupenda casa. De hecho, el apartamento tiene tantos detalles que me gustan que he decidido dividirlo en las distintas partes que lo componen para poderle dedicar a cada una el tiempo y el espacio que merecen ;)




La decoración ha corrido totalmente por su cuenta, nosotros sólo hemos participado en las cortinas que sí llevan el sello López García (¡y a mi que me encantan en esos ventanales tan enormes!) pero, como os decía, los detalles me gustan tanto que tenía que enseñároslo para que vierais este ejemplo de un gran ambiente, conseguido con una decoración minimal y eligiendo bien los colores y elementos.

Nada más entrar observamos dos cosas: por un lado no hay ningún muro que divida este espacio - la entrada, el comedor y el salón comparten un espacio único-, por otro los techos son muy altos. Esto se debe a que el apartamento está en el último piso del edificio, y en la construcción se respetó la altura total del tejado, lo que, unido a la falta de paredes, le da al salón un aire de loft.

Desde el principio Tamar tenía muy claro que había que aprovechar toda esa luz, y por eso decidió que "el color" del apartamento sería el blanco, y no solo en techos y paredes, la casa debía ser como una caja de luces, por eso su primera mejora fue cambiar el suelo original por otro de madera en color blanco. Y esa premisa, la de la luz inundando cada rincón, fue la que marcó el resto de la decoración del salón.

Para empezar, para separar los ambientes se colocó como divisor una estantería abierta también en color blanco. De esta forma, no sólo se consigue crear un hall de entrada lleno de luz (no se desaprovecha ni uno de los rayos de sol que entran por ese enormes ventanal), sino que además se dota de privacidad a la zona de comedor y se aumenta la capacidad de almacenaje de la casa. Todo ello, además, dando personalidad a ambas zonas. 





La zona del comedor "escondida" tras la estantería, sigue la línea cromática con una mesa redonda blanca. En una elección muy acertada, para las sillas ha optado por un modelo transparente, estilo Louis Ghost, inspirado por Philippe Starck que, sin que se produzca una ruptura total (eso se queda para los detalles en turquesa como ya estaréis adivinando), sí que marca un punto y seguido en la línea cromática manteniendo al mismo tiempo la luminosidad del rincón.

Y es que, insisto una vez más, la luz juega un papel fundamental en este salón a pesar de que toda la estancia tenga un único ventanal. Por eso, además de su gran altura, a la hora de vestir las ventanas, también ha sido importante la elección de la tela del visillo - un tejido con caída, pero bastante transparente - y del tipo de barra, en madera blanca y con argollas.




Mueble para la tele, mesa de centro, sofá de cuero... el todo al blanco por el que apuesta Tamar, hace una concesión al color en la zona de televisión, con la pared trasera pintada en un intenso turquesa haciendo ángulo con otra decorada con un papel pintado con fondo gris y grandes motivos geométricos en gris más oscuro y, de nuevo, turquesa.

Esa pared empapelada, no sólo otorga importancia a una zona que de otra forma quedaría como un espacio vacío en medio del salón (seguramente terminaría cargado de fotos o imágenes inútiles dado nuestro habitual horror vacui con este tipo de pared), sino que además, su guiño al gris y al turquesa sirve como nexo de unión con el resto de elementos decorativos que dan personalidad a la estancia: alfombra y plaid del sofá en gris; y los cojines, la vela sobre la mesa del comedor, y la fila inferior de los cajones de almacenamiento de la estantería divisoria, en turquesa.

Como en aquella trilogía de Krzysztof Kieślowski de los 90, la película del salón de Tamar podría titularse así, "Tres colores": blanco, turquesa y gris.



@ Todas las fotos del post son cortesía de Tamar, la propietaria del apartamento.
¡¡Gracias!!
**Para ver bien los detalles pinchad sobre ellas**


Cerramos el capítulo 1 de "En casa de Tamar", pero la historia no acaba ;) 
¡No os perdáis los siguientes episodios!

¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!

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